martes, 23 de octubre de 2012

LA TRADICIÓN ESPAÑOLA EN SAN PABLO DE HEREDIA



ARTE Y FE, BINOMIO DE ESPIRITUALIDAD 

Señor del Gran Poder

ORIGEN DE LA SEMANA SANTA

Los inicios de la Semana Santa tuvieron su base en el Primer Concilio de Nicea que fue presidido por Osio en el año 325 DC, siendo Pontífice San Silvestre. El Credo de Nicea, que definió al Hijo como consustancia del Padre, fue adoptado como una posición oficial de la Iglesia con respecto a la Divinidad de Cristo. También se fijo la celebración de la Semana Mayor, el domingo posterior de la Pascua Judía.  En el Segundo Concilio de Nicea se aprueba la veneración de imágenes religiosas, allá en el año 787 DC .

EN COSTA RICA.



Paso Trono del Gran Poder

La escritora y periodista Norma Loaza, señala en uno de sus artículos, que el Marques Don Manuel María de Peralta, sacó a la luz pública un preciado documento que hace referencia a la primera Semana Santa que se celebró en nuestro país, que dice:

“En marzo de 1526 llegó Pedrarias Dávila a la isla de Chira, y allí celebró el padre Escobar, los oficios de la Semana Santa con la aprobación del señor Gobernador, quien por sí mismo tomó empeño en la catequización de los indios. Después de la toma de posesión de la isla, se cantó un solemne Te Deum, luego de haber destruido los ídolos sagrados de los indios. Luego se colocó una imagen de la Santísima Virgen.”

Fiel el costarricense a la tradición arraigada y heredada de nuestro antepasados es que cada año la comunidad católica celebra, mediante diferentes actos, la Semana Mayor, en la que se recuerda el momento –la hora- cumbre del camino de Jesús al calvario.

LA HERMANDAD DEL GRAN PODER EN HEREDIA

Gran Poder de Dios
En San Pablo de Heredia por SÉPTIMO  año consecutivo procesionará la Hermandad del Gran Poder, como un pliegue en el espacio y el tiempo, donde el pasado y el presente se entrecruzaran sin tocarse y en la que se mostrará la mayor expresión del fe del pueblo católico, su Semana Mayor mediante el uso de imágenes sacras procesionadas a la usanza española.

En una tradición constante en nuestro país que cada Parroquia intente "hacer y vivir su Semana Santa", señala el Padre Walter Arce, Cura Párroco de la citada comunidad. Señala además que “hay algo que mueve al creyente a participar en la liturgia, cultos, abstinencias o vigilias y procesiones como miembro activo, llenando su dimensión religiosa, en un proceso de conversión o cambio profundo. La Semana Santa es la Semana Mayor de nuestra vida cristiana. Se celebra  la PASCUA del Señor, por la cual nos salva. Ser cristiano es seguir  el camino de Jesús, el Camino del hombre Jesús de Nazaret Hijo de Dios, Mesías del Reino del amor y de justicia, de paz y libertad”, termina señalando.

Por eso las celebraciones de la Semana Mayor en San Pablo de Heredia, constituyen otra demostración del catolicismo y son consideradas como una de las mejores en el país. Para ello se sirve de una Hermandad Penitencial concebida a la usanza españolas, denominada “ Hermandad de Cofrades Templarios del Seños del Gran Poder”, en la que despliega una serie de símbolos que hacen diferente el desfile procesional, siendo éste imponente y cargado de solemne belleza.  Estas celebraciones son para San Pablo, un orgullo que atraen a su tierra a la mayoría de sus hijos ausentes y a fervorosos cristianos que concurren a cumplir una cita con Dios.

Costaleros del Señor del Gran Poder
En resumen, se trata de unas celebraciones y procesiones que rescata lo antiguo, en la que brillan realmente por su organización, por la belleza de sus pasos o andas, artísticamente arregladas y decoradas por diferentes colaboradores de la Hermandad que, durante los días previos al inicio de la Semana Mayor, se dedican con mucho esmero a este arduo trabajo para que todo sea en San Pablo un ejemplo de fe, respeto, devoción, y recogimiento, indicó la Srita. Diana Aguilar, Co-Mayordoma del Señor del Gran Poder.

Trono Señora de las Penas
La Semana Santa en San Pablo es una fiesta espiritual, fiesta de encuentro entre religión y arte, porque es fiesta de fe, de profunda religiosidad contenida en cada tradición, en cada gesto, en el más mínimo detalle que en esa comunidad, tiene un contenido profundamente creyente y se expresa transido de emoción, en el silencio reverente, en el esfuerzo del que cargando los varales de las andas carga sobre sí el dolor del mundo que llevó el Crucificado a lo más alto de un Gólgota que hoy se sigue repitiéndose, nos cuenta emocionada Lorena de Sauma, una devota cofrade del Gran Poder.

Muchas personas que visitan esa comunidad se llenan de emociones distintas y se agolpan en una extraña mezcla, silencios y palabras, timidez y expansión gozosa de la esperanza. San Pablo de Heredia reúne una serie de elementos catequéticos, fascinantes a la vista y al oído, capaces de indagar en el más íntimo de los rincones del corazón del espectador, nos cuenta el Padre Arce.

Gran Poder por las calles de San Pablo
La Asociación Hermandad deL Señor del Gran Poder, Nuestra Señora de la Soledad Régina Mártyrum, Nuestra Señora María Santísima de las Penas en sus Misterios Dolorosos, La Negación de San Pedro, Santa María Magdalena, San Juan Penitente y Santas Mujeres de Jerusalén, que recorre los caminos de esa Parroquia, se sirve de seis Cofradías Penitenciales: Gran Poder, Régina Mártyrum, Las Penas, la Negación, Magdalena y San Juan.

Estos desfiles procesionales hunden sus raíces en las antiguas Hermandades Penitenciales Españolas, modelo que sirvió de inspiración al fundador del Gran Poder, el Padre Manuel López Varona, sacerdote Jesuita (q.d.D.G.).

Esta Hermandad tiene como titular una imagen realizada por don Manuel Zúñiga Rodríguez, imaginero nacional, denominada “Señor del Gran Poder”, se presenta desfigurado, las manos chispadas sobre el leño, exhausto por el terrible cansancio y el atroz sufrimiento y que todavía vuelve la mirada hacia el hombre, al que busca en un gesto supremo de amor.

Se comprende fácilmente esta realidad profunda porque se ve y se siente en la proximidad de la procesión, los trajes de los hermanos y hermanas cofrades, la llama de las velas y antorchas, la música sacra, el paso lento y solemne como para ir meditando lentamente, dejando tiempo a que aquel misterio desgarrador entre hasta los tuétanos del alma y nos conmueva; el misterio del Amor.

LA EXPERIENCIA PERSONAL DE UNA COFRADE

Nos cuenta la Cofrade Srita. Diana Aguilar Ramírez su experiencia en la Hermandad del Gran Poder:


Procesión multitudinaria del Gran Poder


“La Semana Santa Cofrade Templaria es una simbiosis de arte y tradición, perfecto hermanamiento de fe, devoción popular y catequesis, ha ido creciendo con el tiempo, se ha enriquecido de pasos y de gestos. Gracias al trabajo esforzado de la Junta de Gobierno de la Hermandad del Gran Poder, este año las andas procesionales mostrarán una renovada belleza exterior, porque revitalizada la tradición se renueva la vida interior, no solo atracción turística, sino reclamo de fe, incluso para aquellos que, distantes de la práctica religiosa, se maravillan ante la serenidad del Señor del Gran Poder o se conmueven ante la honda expresividad doliente de este Jesús Nazareno cuando se encuentra con la Virgen de las Penas en la mañana del Viernes Santo. Ahí, sin pronunciar palabra, tímidamente, a veces como queriendo jugar a un juego de indiferencias y distancias, incluso disimulando la emoción, tiene lugar la Semana Santa oculta pero también verdadera, la del secreto de la conciencia, donde solo Dios puede entrar sin violentar el misterio del hombre y su libertad”.

Llena de emoción prosigue con su relato:

Santo Vía Crucis Miércoles Santo
“La Semana Santa de San Pablo cuenta admirablemente el relato estremecido de esta muerte que para nosotros ya sabemos que es vida, muerte para la vida; el árbol seco de la cruz, cual tronco verde, germina ya con la fuerza incontenible de una sabia que viene de la resurrección de Cristo. No es menos el dolor porque se termina y hay que vivir, revivir el trago amargo de la pasión, dejar que se estremezca hasta la última célula de nuestra carne para sentir que vibra todo nuestro cuerpo, como las cuerdas de una guitarra bien templada, en la mañana radiante, día sin ocaso del Domingo de Resurrección”.

Para el que participa de domingo a domingo, según nos cuenta  la Srita Aguilar:

Señor del Gran Poder en la noche del Miércoles Santo
 "Es una semana de corazón, de alma, un camino estremecido de emociones hacia la Pascua. Ésta es la realidad fundamental que ya se ve anticipada en el Domingo de Ramos y nos da la clave las lecturas de todo lo que viene después. Domingo de Ramos, mañana de bullicio, de niños sueltos, más sueltos si cabe que a diario, alocados en una feliz algarabía de ramos y de palmas. Pero ya no se trata de aquella inconsciencia del primer Domingo de Ramos, de aquellas vivas que después se convertirán en las mismas gargantas, en un muera en un crucifícale. Para nosotros este paseo de Cristo, de esta entrada triunfal al corazón de los que miran, es pórtico de la pasión y de la gloria; por ello ya en el hosanna de ese día está resonando al aleluya de la Pascua; la alegría de hoy no es sedante, sino la fuerza anticipada para vivir intensamente los días posteriores del llanto”. 

Continúa diciendo: “Pronto se termina la alegría y el Miércoles Santo se oscurece, se vuelve Miércoles de tinieblas, porque conocemos lo que va a venir en los días sucesivos. Los hermanos y las hermanas cofrades de Gran Poder cargan su Nazareno con la cruz a cuestas. En esa noche de tinieblas comienza la procesión, cuesta arriba, como subiendo a un nuevo Gólgota con el dolor del mundo en las espaldas y callan las mujeres y alumbran con antorchas la negrura de la noche que no disipa nuestras lámparas; todavía habrá que recorrer el camino varias veces como para entrar más dentro, para contemplar mejor el misterio del dolor y del amor y dejar que se ablande la piedra dura del corazón. El silencio, elocuente más que mil palabras, recorre como un calambre esta pequeña comunidad que nos conmueve hasta el vuelo salado de las lágrimas. Callar para contemplar tanto dolor, para sentir con él, para purificar nuestra conciencia y poder mirar cara a cara el dolor del Santísimo Nazareno del Gran Poder, suspendido entre el cielo y la tierra. Sí, definitivamente es mejor callar y escuchar el corazón para comprender mejor, sentir mejor, llorar mejor y conmovernos en una vida definitivamente mejorada.

Gran Poder preso, Jueves Santo
El Jueves Santo otra vez los hermanos del Gran Poder despliegan una maravillosa catequesis en la expresividad doliente de los pasos que incluso anticipan lo que ocurrirá mañana: la crucifixión, la soledad inmensa de esta Virgen Dolorosa, Nuestra Señora Reina de los Mártires.

Hay que mirar con los ojos del alma, para ver la serena mansedumbre del Cristo que, atado de manos, es entregado al Concilio de los sacerdotes y fariseos, cuenta la Srita. Aguilar.  Le antecede en la procesión la imagen de la Santa Fe, hermosa doncella vestida de blanco, con los ojos vendados, en su mano izquierda sostiene la Cruz de la redención y en su mano derecha un cáliz eucarístico.

Así en la contemplación repetida del misterio, el alma se va abriendo a la profundidad inmensa de lo que estamos celebrando y que no se puede agotar en un instante, un solo día, cuando el amor desborda el tiempo y se hace río sin cuento, eterno presente.

Santos Apóstoles, Pedro y Juan
El Viernes Santo es día grande y hay que comenzar muy de mañana convocados por la Cofradía de Jesús Nazareno del Gran Poder para contemplar el amor y el dolor reunidos en medio de San Pablo, no cuenta el Padre Walter. Allí se encuentran Jesús Nazareno y la Virgen Dolorosa, la Madre y el Hijo. No dicen una palabra, sólo se cruzan las miradas: la de la Pasión que asciende hacia su inexorable cumplimiento y la de la Compasión que invade los cielos ¿Dónde, en que abismos termina el sufrimiento de esta madre que pierde a su hijo? El sufrimiento de esta Virgen toda de dolores trastorna el orden del mundo, desafía la fe, ofende la esperanza y, sin embargo, es fortaleza, toda ella delicadeza y profundidad, amor genuino” .

Concluye diciendo:

“En la tarde, los hermanos de ambas Cofradías preparan a sus titulares, Régina Mártyrum y al Santo Cristo Yacente, a los Santos Apóstoles Pedro y Juan y Santa Maria Magdalena acompañados de las Damas de la Luz y Soledad, han llegado otra vez al Templo de La Puebla, donde iniciará la magna procesión del Santo Entierro y el pueblo que ahora deja la acera, esa sutil barrera de seguridad que le protege en la pasividad del que sólo mira y deja pasar y, conmovido el corazón, sale al camino. 

Paso Palio Regina Martyrum
Cristo muere y calla la tierra, las iglesias quedan como vendidas, sin manteles en los altares, el monumento recogido y la puerta del Sagrario abierta, como de casa robada... Es el gran silencio, hasta el alba del tercer día, sólo el recogimiento y la espera deberían animar la vida. Pero ya sé que no se calla, que es mucho el ruido porque es mucha la impaciencia, la ansiedad, el miedo a escuchar el corazón, a escucharnos, que es mejor aturdirnos de palabras torpes, de música  que hiere como pedradas, de risa insustancial. Pero aquí mismo en San Pablo, en la paz del convento callan las monjas y en su silencio calla la comunidad entera, aunque no se sienta, aunque sea imperceptible el ritmo lento y contenido de la esperanza que aguarda el momento feliz cuando el Domingo de Resurrección, después de la Misa de Gloria, otra vez en las calles de San Pablo se encuentren la Virgen y el Resucitado y cae el negro manto en un vuelo blanco de palomas, en un repique estremecido de campanas que convocan a la alegría y la esperanza, que ya nada puede hablar de muerte, que la vida se escapa  a raudales con la luz que inunda la mañana y se desborda por las caras y las sonrisas.

Santa Mujer Verónica
Misterio de pasión es el de esta Semana Santa: la pasión del padecer, del sufrimiento que acompaña el dolor cósmico del Hijo que se hizo obediente hasta la muerte y una muerte de cruz (Flp 2,8) y la pasión de la vehemencia del  ánimo con que acogemos la vida. Muerte y vida lucharon y la muerte fue vencida. Ante este misterio no sirve la neutralidad que implica una cosmovisión cerrada a la trascendencia, una vida en la que Dios está ausente, cuando Él viene a visitarnos, como se refleja en esta representación que cuenta y narra el profundo y emocionante relato de su amor por nosotros hasta el paroxismo de la muerte”.

Visite esta Parroquia Herediana y haga de esta Semana Santa 2013, un espacio de tiempo inolvidable, gracias al trabajo anónimo de muchas personas  que permiten que la Imagen Sagrada se convierta en un instrumento de evangelización.

No hay comentarios:

Publicar un comentario