SU ANDAR NAZARENO

SU ANDAR NAZARENO

Oraciones de los viernes.

Los miembros de la Hermandad y Cofradías se integran en los actos de cada viernes del años realizamos, animando su Oratorio con su presencia. De ese modo fortalecen su vida cofrade para que, progresivamente, se conviertan en la verdadera imagen de Cristo. En ese Oratorio los días viernes recuerdamos el sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo en su paso hacia la Cruz y su gloriosa Resurrección.

Otras actividades en nuestro Oratorio.

En todas las celebraciones de nuestro calendario, hemos constatado como “la religiosidad popular", de la que es una expresión singular la Hermandad del Gran Poder, ha constituido un cauce privilegiado de evangelización durante más de 20 años de actividades. Como decía su Padre Fundador, el sacerdote Manuel López Varona “No hay que olvidar que la mayor parte de los hermanos, sean niños o adultos, incultos o instruidos, pobres o ricos, viven plenamente inmersos en este clima de devoción popular”. Significa que acogen y expresan la fe cristiana no con las categorías cultas de la 'teología de escuela' sino con códigos propios y particulares, cuyo contenido es, con frecuencia, rico en símbolos y experiencias vitales.

Por tanto, año tras año valorizamos con el oportuno discernimiento, nuestras formas populares de religiosidad. Es este un aspecto de la evangelización de suma importancia y que no pueden dejarnos insensibles. Refleja una sed de Dios que solamente los pobre y sencillos pueden conocer y tratan en fomentar la generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Ante todo somos sensibles a ella, sabemos percibir sus dimensiones interiores y sus valores innegables. Bien orientada, esta religiosidad popular puede ser cada vez más, para el Pueblo Católico, un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo. Todo cristiano le debe a la religiosidad popular mucho más de lo que piensa en su vivencia de la fe cristiana.

Oración, punto determinante en nuestra programación cofrade.

En definitiva, esta Hermandad y Cofradías, como comunidad católica, tienen que llegar a ser autentica "escuela de oración".  No podemos encogernos de hombros creyendo que los miembros de esa Hermandad y Cofradías están incapacitados para rezar. Es por ello, que su propósito de vivir en comunidad es vivir la experiencia de los discípulos en el episodio evangélico de la pesca milagrosa "Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada" " (Lc 11,1). Es preciso aprender a orar, aprendiendo de nuevo ese arte de los labios mismos del divino Maestro, como los primeros discípulos: "Señor, enséñanos a orar " (Lc 11,1).

La Junta de Gobierno solicitó a la Comisión de Liturgia, como hicieron aquellos primeros discípulos del Maestro, que les ayuden a orar, de modo que la educación en la oración se convierta en un punto determinante de nuestra programación. Hay una tentación que insidia especialmente a muestra Hermandad y Cofradías: pensar que los resultados dependen de nuestra capacidad de hacer y programar. Mas bien hemos invertido tiempo y esfuerzo en la oración. No olvidamos que estámos contextualizados en un tiempo y en un lugar concreto, y por consiguiente también sometidos a las presiones secularizantes de la sociedad que intentan difuminar lo "cristiano". El marco que se ofrece para la interpretación de la realidad no sería ya el del Evangelio de Cristo sino el de la sociedad civil. En este sentido todo gesto, todo programa, toda la vida comunitaria, toda actividad formativa, toda obra de caridad, toda celebración y procesión, todo culto y devoción, de nuestra Hermandad, están repensados dentro de una actitud orante, de comunión, para que todo conduzca hacia Cristo. 

El Sacramento de la Penitencia. 

Los cofrades templarios del Señor del Gran Poder, junto con la Junta de Gobierno y las Comisiones de Trabajo, les ha correspondido acercar la misericordia y el perdón de Dios sobre todos los miembros de esta Hermandad programando y presentando con confianza, creatividad y perseverancia el sacramento de la penitencia. Las celebraciones que llevamos a cabo (Vía Crucis, fiesta de los titulares, tiempos litúrgicos fuertes, etc.) llevan tales componentes de expresividad, que arrancan el deseo de purificar nuestros corazones, incluso en los más recalcitrantes. Buscamos animados el Sacramento de la Penitencia.

La Formación de los Hermanos y Cofrades

Uno de los grandes retos que aguarda a la Hermandad y Cofradías del Gran Poder para los próximos años es la formación: "Una minoría de edad cristiana y eclesial no puede soportar las embestidas de una sociedad crecientemente secularizada" (JUAN PABLO II, Homilía en la celebración de la Palabra con los educadores en la fe, Granada, 5 noviembre 1982).

"La Iglesia, que ha considerado siempre la formación de los fieles como una de las tareas más esenciales de su quehacer, es también consciente de su importancia decisiva en unos momentos en que las circunstancias cambian con vertiginosa rapidez, poniendo cada día nuevos interrogantes con los cuales ha de confrontarse la fe de los creyentes" (JUAN PABLO II, Audiencia a los Obispos del Sur de España en la Visita ad límina, septiembre 1999).

Dice su Hermano Mayor el señor Francesco Di Palma: “Nuestra Hermandad y Cofradías,  están llamadas a ser ámbitos propicios para la formación cristiana y debemos invertir con magnanimidad, tiempo, esfuerzo, recursos humanos y económicos para la formación de sus cofrades. Es un deber que atañe en primer lugar al Hermano Mayor y miembros de la Junta de Gobierno quienes debemos adquirir la formación conveniente que se requiere para desempeñar bien su función, y para ejercerla con conciencia, generosidad y diligencia" “ 

La Hermandad del Gran Poder cuentan con un plan de formación bien estructurado, conocido por todos los miembros de la asociación y aprobado por ésta Dirección Espiritual. El Concilio Vaticano II señala algunos de esos medios: "tales como congresos, reuniones, ejercicios espirituales, asambleas numerosas, conferencias, libros, comentarios, para lograr un conocimiento más profundo de la Sagrada Escritura y de la doctrina católica, para nutrir su vida espiritual, para conocer las condiciones del mundo y encontrar y cultivar medios convenientes", actividades consideradas en su calendario cofrade.